El poemario en versión digital

GIRAPOEMA en formato de revista digital gracias a Dennis Mariella.
SONATA EN Mí MENOR

Me gustaría pensar que
tantos ensueños podrían ser verdad
el fascinante hechizo de la luna allá
viajando sobre el agua
pero estoy siempre de pie aquí
sirviendo carne asada y
verduras frescas.

Domingo al mediodía ahí
mar verde veteado de bolero el mar
con gris marrón y otra lomada gris
por la soberbia libertad del sol
durmiendo entre las nubes.

Y así otra vez salto de rana en
verde sereno rumba mar el mar
y yo moviéndome de acá a allá
sin otro medio para ser que ser
cuaderno y lapicera.

Las letras se acomodan con
ruidosa, impaciente soledad
por un ruidoso auto que pasó y se fue
apenas hace un rato y ya es ausencia
mientras la blanca luna es una barca
en el dulce mar
dónde quisiera estar no sé pero seguro no aquí
salando y pimentando.

A lo mejor me gustaría ver un bello ser
un bello ser que esfume mucha luz
bajando de lo alto
si cierta es que bella y esencial y alta es
la luz que busco.

No tengo mazapán para poder comer
poder comer llenar la boca de
estrellas dulces
a cambio un rubí caliente y leve es
el breve vino tinto que también se va
como la vida.

Y pienso que me aliviaría ver la luz
no sé si fuera o si dentro en mí
pero enraizada en algo
para no odiar sentir que no interesa ya
si estoy sujeta día a día aquí
lavando la vajilla.

O a lo mejor quisiera un ser que me hable a mí de mí
que yo le hable a él de sí
que diga qué hago yo aquí
los brazos inmersos en lejía
si es un misterio la belleza del cristal de sal
si es un misterio el calor del sol
si mi presencia inútil banal
pero única en el mundo.

Quisiera hacer de mí un ser con ser
saber cómo se armó y por qué
mi código genético
alzar bajo la voz hasta por fin hallar
el cántaro y su ollero y así entender
causa y efecto.

Abrir sin más mi corazón
gritar
aunque no fuerte
no
gritar despacio y preguntar por qué
por qué razón existe el mar
un mar sin verde mar y con
esta rutina
de andar de un lado para otro
ir
andar y hacer las compras

de levantarme y acostarme hoy
sin esperanzas de saber ningún por qué
si existo realmente en algún lado o soy
si existo realmente en este sitio y soy
dónde el comienzo de la historia
dónde el final si es que hay algún final
si espera andén y tren en la estación
porque no puedo creer que cerca o lejos no esté Dios
para poder hablar con él
porque seguro ha de saber por qué
por qué yo estoy buscando aquí
buscando al ser que duele en mí
bajando hasta sellar la voz
sacando el corazón de un cajón con miel
callando y no saber por qué
por qué razón existe el mar
el mar verde veteado gris
la luna hechizo arriba allá
mirándose Narciso en sí
el sol cambiando el agua de color
el tiempo huyendo con o sin reloj
Mozart y la Sonata en Mi menor
y la rutina
de hoy igual que ayer andar
de un lado para otro sin
que entienda nada
si el mundo se parece a nuestra cárcel sí
celdas individuales sin color rubí
en un entorno de mar sin coral
ni espumas blancas.

Quizá los Andes sean de papel
las flores todas nazcan en abril
y el viento Norte sea helado
porque no sé qué es la libertad
aún no sé qué es morir
pero a consciente lucidez
amo la vida
no importa si en el inicio está anidado el fin
si suena inútil preguntar por qué
por qué esta vida
de andar sin rumbo de acá para allá
atroz rutina levantarme y acostarme hoy
no sé mañana
si toda infancia ya lució y se fue
dónde mis padres han de estar no sé
dónde el jardín con el damasco aquel
por qué razón se esconde de dolor
el corazón en un panal sin miel
si las montañas nacen en abril
las flores frescas se hacen de papel
si está veteado de bolero y rumba mar el mar
si el día de hoy es más igual que ayer
mañana es nunca y también es hoy
si es un misterio el fin en el comienzo de
si en el inicio está marcado el fin
por qué la vida.

Ketty Lis – Argentina

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